Estaba a punto de escribir la crónica del partido de este sábado, y más o menos ya tenía en mente que quería explicar. Hasta que he visto el video que Joan ha colgado en el blog del equipo. Y ahí se ha acentuado el ataque de vergüenza ajena que tengo por el partido del sábado.
Supongo que yo soy el principal culpable por no saber transmitir lo que el equipo necesitaba. Porque si falla uno, o dos jugadores, podríamos decir que algo a nivel particular no ha estado acertado. Pero cuando la gran mayoría juega con la desidia y desgana de este sábado, el error está más arriba. Porque da igual que hayamos tenido que jugar con muchas bajas. Ni siquiera el adelantarnos en el marcador, hizo que se viera un mínimo de ilusión por el partido. Duele ver que al equipo le faltó lo que muestra el video: corazón. Es lo mínimo que se nos puede exigir a todos los que formamos parte de este club: identificarse con él, y dejarse la piel en cada partido. Y luego el tiempo dirá si hemos estado más o menos acertados, o si merecemos más o menos.
Nunca las guerras particulares, ni la lucha individual ha sido nuestra referencia. Los momentos buenos, y los menos buenos, los hemos sacado adelante como equipo.
Y si este sábado era un reto, por la calidad del rival (por algo van lideres), y por las circunstancias del partido, sólo podíamos enfrentarnos a él como EQUIPO. Pero para eso hacen falta dos cosas: querer enfrentarse, y sentirse equipo.
Seguimos teniendo la oportunidad de luchar por una bonita 4ª posición. Veremos si nos quedan fuerzas… y ganas.
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