Hoy empezaremos tirando de tópicos futbolísticos (que muchas veces son acertados), y partiremos de ese que dice que “el fútbol es un estado de ánimo”. Porque de no ser así, no tiene explicación el cambio de actitud del sábado al martes. A veces es tan sencillo como complicado: simplemente con actitud y voluntad, se tiene mucho avanzado. Evidentemente, se necesita de mucho más a lo largo de la temporada. Pero si el punto de partida no es ese (ganas, actitud, EQUIPO), no hay nada que hacer.
Y como dije hace no muchas jornadas, se notó que funcionamos como equipo a la hora de defender. Sobre todo en la primera parte. Una defensa muy ordenada, y con muchas ayudas, que nos ayudó a superar la presión del rival sin demasiados apuros en nuestra portería. Si a eso le añadimos que supimos buscar bien las espaldas y los huecos que dejaba el rival atrás, tenemos el 1-0 de la primera parte.
Y alguno más que pudimos haber metido de estar más acertados en las contras. Pero como este equipo no sabe irse a casa sin que al entrenador le trabaje el corazón a 200 pulsaciones, en la segunda parte decidimos complicarnos un poquito más la vida. Dimos un paso atrás en defensa, y eso generó más ocasiones del rival. Y dejamos de salir de presión con la misma solvencia de la primera. Los apoyos eran más distantes y la circulación más imprecisa. Aún así, conseguimos el 2-0 en una jugada de banda muy acertada. A medida que iban pasando los minutos, íbamos mejorando nuestra presión,, y quitándonos de encima la del rival. Sólo un lapsus a 20 segundos del final, que hizo que encajáramos el 2-1 y aún permitimos al rival tener una última ocasión. Hay que mantener la concentración los 50 minutos (a veces con 49 te puede costar un disgusto).
Conclusión: 3 puntos más. Damos otro pasito hacia nuestro objetivo de la 4ª posición, y demostramos que no somos ese equipo tan apático que se vio el sábado.
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