La crónica nunca es objetiva, ya que el que la escribe, forma parte del equipo, y tiene su parte de incidencia en el resultado. Una veces más y otras menos. Y aunque se intenta ser objetivo, no deja de ser una opinión.
Digo esto porque, aunque han pasado dos días ya desde el partido, me sigue costando mucho entender que pasó (o mejor dicho, que no pasó). Realmente, ahora entiendo la impotencia de los jugadores del Madrid en el pasado derbi. Con la diferencia de que no teníamos enfrente al Barça. Pero la sensación de repaso… si que debió ser la misma. Y es que cuando oyes hablar a los jugadores de vergüenza, o te piden disculpas por el partido realizado,… mala señal.
No fue el calentamiento más brillante del año, pero tampoco el más malo. Pero sique había algo en el ambiente que no me daba buen palpito. Y sin ser una apisonadora el equipo rival, empezaron a verse los primeros síntomas de que no iba a ser nuestra tarde. Cuando siempre se lleva el mismo equipo los rebotes o los balones divididos, cuando el equipo rival siempre consigue acabar sus jugadas disparando a puerta, cuando…
Resumir el partido es un poco absurdo en esta jornada. Simplemente… no competimos. Porque estar, estábamos, y correr… corrimos. Pero competir es algo más. Es funcionar como un equipo, defender y atacar como tal.
Y para el partido que sufrimos, no hay queja de la educación de la gente (más allá de los normales gritos de rabia o impotencia). No hubieron malos gestos o palabras entre nosotros.
Simplemente, nosotros ya estábamos de vacaciones. Y nunca me cansaré de decirlo, y no es menospreciar al equipo. Pero este equipo (y esta liga) no te permite salir al campo al 50 %, porque se paga caro.
Para bien o para mal, todos los partidos duran 50 minutos. Y los nuestros ya se han acabado. Sólo queda mirar para delante, y apretar el culo para irnos a las vacaciones de navidad (ahora sí) con un gusto diferente.
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