Tanto los jugadores del A como los del B, están ya cansados de escucharnos a Joan o a mí decir que los 10 minutos tras el descanso son claves en un partido. Nosotros los jugamos este sábado con una gran brillantez. El problema es cuando SÓLO se juega durante esos 10 minutos del partido. Entonces, es muy difícil sacar algo positivo. Después de esos 10 minutos brillantes, fue un quiero y no puedo. Pero es que la primera parte fue un “ni quiero, ni puedo”.
Es muy difícil plantear un partido, o alternativas durante él, cuando no hay actitud, ni intensidad en el campo. Eso se le presupone al equipo. Y eso es una de las cosas que más rabia da a un entrenador. O a lo mejor sólo a mí. Supongo que en el fondo, siempre queda algo de “sentirse jugador”, y este que escribe era más de corazón que de técnica. Supongo que por eso me duele más.
Realizar crónica del partido… es casi lo de menos. Nos demostramos que cuando jugamos como un equipo (aunque sólo fuera 10 min), defendimos, robamos, finalizamos y remontamos. Pasamos del 2-0 al 2-3. Y ahí… volvió la banda.
No son las mejores sensaciones para enfrentarse al líder. Y menos este, que basa todo su potencial en su técnica individual. Espero que el miércoles se presente a jugar un EQUIPO, y no 10 jugadores que visten del mismo color.
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